En Chile, donde los fenómenos naturales y sociales han marcado la pauta a lo largo de los años, la preparación ante emergencias y catástrofes es una responsabilidad vital. Esta tarea se reparte entre varias instituciones públicas y privadas, entre las que destacan las municipalidades.
Para ellas, la Ley 21.364 cambió las reglas del juego y estableció un marco normativo más estricto frente a la gestión de emergencias, en sus artículos: 28, que apunta al Plan Comunal para la Reducción del Riesgo de Desastres; y el artículo 32, sobre los Planes Comunales de Emergencia.
Desde su implementación, las autoridades comunales han debido desarrollar un nuevo plan para la identificación de riesgos, la implementación de protocolos de actuación, la coordinación con otros organismos del país y la asignación de recursos para enfrentar catástrofes.
Para dar respuesta a estas disposiciones legales y sustento a sus planes de contingencia, existen herramientas tecnológicas que aseguran una gestión más eficiente. Entre ellas se encuentran los sistemas de notificaciones masivas de emergencia, como VIPER MASS, que permite la comunicación con actores específicos, equipos o grandes grupos de personas, de manera rápida y efectiva.
Los buenos resultados de un sistema de este tipo se verán únicamente si el municipio cuenta con una planificación adecuada, una coordinación fluida con otras organizaciones y un equipo de colaboradores correctamente capacitados. En ese aspecto, VIPER agiliza el trabajo, es de rápida implementación, no demanda equipamiento especial y su diseño intuitivo permite una administración simple.
No sabemos cuándo tendremos que enfrentar un nuevo terremoto, incendio o tormenta de viento, pero cualquiera que sea el caso, un municipio no puede improvisar y debe estar preparado con una estrategia a medida y los recursos necesarios para llevarla a cabo. Lo importante aquí es siempre mantener seguros a los vecinos y vecinas.