Desastres naturales, ataques cibernéticos o incluso daños en nuestra infraestructura. Las crisis pueden llegar cuando menos lo esperamos, poniendo a prueba la capacidad de respuesta de nuestra empresa. Sabemos que esto puede pasar, pero no cuándo, por lo que lo realmente importante es saber cómo reaccionaremos en caso de que algo así ocurra.
Una empresa sin un plan de gestión de emergencias no solo arriesga su continuidad operativa, sino también su reputación y rentabilidad. Es un desafío que nos obliga a contar con una estrategia, en la que se incluyan herramientas y procesos eficientes para minimizar el impacto de las crisis.
El primer paso es identificar los riesgos específicos a los que se enfrenta nuestra organización, respondiendo tanto a la ubicación geográfica de la empresa, como a la naturaleza del rubro, entre otras variantes. Una vez que identificamos los riesgos, debemos definir los pasos a seguir en cada escenario. Asignar responsabilidades es clave para que todos sepan qué hacer y cuándo.
El plan se fortalece como un músculo, en la medida en que lo ponemos a prueba. Simulacros y análisis de los resultados son esenciales para asegurarnos de que en una emergencia real todo funcione como lo planteamos en el papel. Estos ejercicios permiten identificar posibles fallas y realizar ajustes. La actualización constante del plan también es importante, ya que las circunstancias cambian, y lo que funcionaba el año pasado puede no ser suficiente hoy.
Teniendo ese ámbito resuelto, es importante analizar qué recursos necesitamos. Y es que no basta solo con tener un plan, es crucial que esté respaldado por tecnología que permita una ejecución eficiente y coordinada.
Por ejemplo, un sistema de notificaciones masivas permite activar a los equipos clave durante una contingencia en poco tiempo. Incluso si estamos hablando de múltiples sucursales, distantes una de otra. Esta es una gran ventaja comparada con una operación manual, que además de tomar más tiempo y recursos humanos, nos deja más vulnerables a cometer errores.
En este contexto, una solución como VIPER MASS destaca por su capacidad de integrar las alertas masivas de emergencia, con la gestión integral del propio plan que elaboramos. Este sistema permite coordinar equipos en diferentes ubicaciones, realizar conferencias de emergencia, y mantener el flujo de información en tiempo real. La agilidad que proporciona puede marcar la diferencia en cómo se maneja una crisis.
En definitiva, la comunicación es clave para proteger la imagen de la empresa y proteger nuestros recursos. Informar a tiempo a colaboradores, socios, clientes y autoridades no sólo reduce las consecuencias, también resguarda nuestra reputación. La capacidad de notificar de manera inmediata y precisa a las personas involucradas reduce los riesgos de mala gestión y contribuye a mantener la confianza en la empresa.